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Oscar Alfonso Sosa

PASION POR LOS NERVIOS

PASION POR LOS NERVIOS

Miriam Esther Galván pasa días bien difíciles; el estrés venció su espíritu y los nervios se descompensaron. La visita al médico es imprescindible; el diálogo con el galeno, el diagnóstico, la realidad. El Centro Comunitario de Salud Mental del municipio de Yaguajay, en el norte de Sancti Spíritus, le aguardaba. La rehabilitación psicológica se imponía.

 

  Al tercer día de estancia en la institución Miriam Esther abrazaba la esperanza.

El anterior no resulta un caso aislado, disímiles rostros intentan olvidar sus historias en ese lugar para incorporarse a la sociedad. Un acercamiento a este hospital de día para pacientes neuróticos, convertido ahora en Centro Comunitario, permite corroborar su contribución en el mejoramiento de la calidad de vida de los enfermos.

 

PARA NO PERDER LA ESPERANZA

 

“Desde que llegué sentí el cambio, hoy puedo decir que estoy curado un 80 por ciento”; expresa Ramón Luis Gómez, paciente hospitalizado.

 

La institución se crea en el año 1989, con el objetivo de monitorear  problemas de alcoholismo, droga, suicidio, retraso mental y enfermedades psiquíatricas prontas. Pero no es hasta el 2005 que el lugar se convierte en Centro Comunitario, otorgando el protagonismo a la comunidad dentro de cada uno de los programas de salud mental.

 

“Los pacientes que ingresan aquí son remitidos por la consulta de psiquiatría y generalmente permanecen con nosotros un período de 15 días a un mes. Actualmente tenemos a  cuatro enfermos bajo tratamiento; pero casi siempre los grupos son de 10 y hasta 12. El personal especializado se preocupa mucho por la evolución de los aquejados, hoy contamos con el psiquiatra, los psicólogos, el defectólogo, un técnico de terapia ocupacional y la psicometrista, además del aula de docencia que posibilita el intercambio de los estudiantes con los pacientes”; explica la Licenciada en Psicología  Norma Navarro Elizagaray, directora del Centro.

 

“Son múltiples los procedimientos utilizados para lograr mayor eficacia en el proceso de recuperación. Los afectados se someten a  tratamientos de psicofármacos, psicorelajación, medicina natural tradicional y la terapia de grupo que según los especialistas resulta muy gratificante.

“Las terapias ocupacionales los ayudan mucho,  porque permiten que se sientan vivos y útiles; muchas veces colaboran con las labores domésticas del lugar, ya sea escogiendo arroz o en la limpieza misma. También realizan ejercicios físicos, técnicas de participación, como charlas educativas, psicoterapias, cinedebates y entrenamiento autógeno (relajación).

 

“En  varias ocasiones programamos actividades fuera; visitas a  museos y centros de interés,  además, tenemos una pequeña biblioteca  para los que gusten de la lectura en dependencia del nivel cultural que posean; refiere Tamara Jacomino, Terapeuta Ocupacional.

 

Por otra parte, se impone resaltar la esmerada atención de los trabajadores de servicio quienes garantizan la excelente alimentación de los hospitalizados, que reciben desayuno, meriendas y almuerzo en su horario correspondiente.

 

¿QUÉ NOS FALTA?

 

La clínica desborda resultados y simpatía entre aquellos que han llegado hasta ella por un motivo u otro. Sin embargo, no es menos cierto que aún quedan algunas deficiencias por resolver.

 

“Resulta muy importante la inserción de la docencia en el Centro, pero no podemos pasar por alto que el tamaño del lugar es muy pequeño ya para la cantidad de actividades que se realizan. Nos faltan recursos materiales pero se han impuesto las alternativas que ayudan al mejoramiento de los pacientes, interviene Norma.

 

 POR EL REGRESO DE LA VIDA

 

 Muchas personas como Miriam llegan casi semanalmente al Centro Comunitario de Salud Mental en Yaguajay. Allí, ayudados por la paciencia y el empeño de los especialistas encuentran nuevamente el deseo de vivir. Sin embargo el papel fundamental en esta tarea no lo desempeñan ellos.

 

“La labor más importante la debemos realizar desde la comunidad, nuestro principal propósito es que la familia logre responsabilizarse con el paciente psiquiátrico; este trabajo requiere de mucha perseverancia por parte de todos, pero lo más hermoso es poder contemplar al final como el enfermo recupera su vida, nos cuenta la psicóloga.

 

La devoción y la ternura de quienes emprenden esta obra se recompensa cuando  en  los rostros  de Ramón, Miriam, Leonardo o Meybis brilla la sonrisa y el agradecimiento hacia aquellos que lograron ayudarlos a salir de la oscuridad.

 

 

 

1 comentario

Paco Perez -

MI HIJO,POR FIN,PASA LOS DIAS BIEN? O DIFICILE? QUE CLASE DE SOCOTROCO TIENEN AHI!!! NO ENTIENDO COMO,SI LOS CUBANOS NO TIENEN ACCESO A INTERNET,LE DAN A UN MEDIOCRON DE MEDIO PELO COMO TU,UN ESPACIO PARA DIFUNDIR ESA SARTA DE INCOHERENCIAS??? CREO QUE PRIMERO TIENES QUE ALFABETIZARTE PARA LUEGO COLOCAR EN LA RED,ESTAS TONTERIAS MAL ESCRITAS.POR ESO NO TIENES COMENTARIOS,PORQUE NADIE TE LEE!!!!