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Oscar Alfonso Sosa

FEFA: LA HIJA DEL BARRIO

FEFA: LA HIJA DEL BARRIO Lograr una cita con ella fue bastante difícil por su permanente movilidad, ya me lo habían advertido los vecinos. Su tiempo es escaso para el hogar y digiere las horas del día y buena parte de las de la noche escrutando el barrio grande, es decir, el Consejo Popular La loma, en Yaguajay, que dirige, o en ajetreos propios de su responsabilidad de diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Me adelantaron que estaría en presencia de una mujer de carácter duro, intransigente, algo difícil, mas desde que me saludó para iniciar el diálogo supe que Maria Josefa Peña Hurtado, Fefa, como le conocen todos, es una persona excepcional.  Posee el don de saber escuchar, una virtud de lujo para quien carga sobre sus hombros con una responsabilidad pública.“Yo te diría que me llegó con el paso del tiempo. Dentro lo poseía, como un embrión, pero el roce diario con la gente y sus múltiples problemas me obligaron a ser mejor en ese sentido. El delegado si no sabe oír a sus vecinos, a sus electores, difícilmente se empate con la verdad en la gestión, nuestro principal rol”. Más de una década como delegada y presidenta de un Consejo Popular, diputada desde el 2003. ¿Qué te ha ilustrado toda esa etapa en el quehacer del gobierno, desde la base? “Que hay mucho que enseñar y aprender en este camino. Hoy hay quienes no conocen la función de un delegado, te ven como alguien encargado de repartir y otorgar cosas y no es así. Tú gestionas a partir de un  problema que te llega y eres el encargado de incentivar a los responsables para buscar la solución.“En ese ajetreo nada es tan difícil como la ausencia de una respuesta concreta de las entidades u organismos implicados, y eso sucede. Las reuniones de rendición de cuentas así lo demuestran. Es duro para uno pero muy incómodo para el electorado. Te plantean una problemática lógica, razonable, con afectaciones incluso para un barrio entero, y en la próxima rendición ese responsable se ausenta. “Yo afirmo  y el tiempo lo ha demostrado que un problema puede no tener solución a corto, mediano o largo plazo, pero lo inadmisible es que falte una respuesta convincente, y eso ocurre. Muchos no le prestan atención a la gestión del delegado. “Esta profesión, digámoslo así, te obliga a sobreponerte permanentemente a hechos y  y circunstancias; siempre vas a estar enfrentando situaciones y algunas duras, difíciles, incluso, impensables. En un delegado, y menos aún en un presidente de un Consejo Popular, no cabe la pasividad. Tú nunca sabes cuántos problemas rodean y conviven en tu barrio, en la comunidad. Eso lo aprendí pronto en esta tarea”. ¿Dónde radica el principal sostén del delegado? “En la gente que te nominó y luego de eligió como su representante. Confiaron en ti y si eres consecuente, honrado, honesto e incansable, en ellos tendrás apoyo. En las labores de la Batalla de Ideas tengo yo ejemplos. Han arribado contenedores de televisores, refrigeradores y otros equipos y los vecinos asumen la convocatoria para descargar, almacenar, para lo que sea. Así ocurre con otros compromisos de envergadura. “Cuando logras cohesión, cuando el trabajo y las decisiones salen de un colectivo, cuando el diálogo, el intercambio y el respeto están presentes, puedes triunfar sin muchos contratiempos. Si eres autoritario, si falta el roce con la gente, si no escuchas a los demás, muy poco o nada lograrás. “Ser diputada me obligó a dedicarme mucho más, a entregarme. Tú cierras las puertas de la casa por la noche, te acuestas a dormir y aun así no has terminado de trabajar. Asumes una disposición completa para cualquier cosa”. ¿Puede hablarse de satisfacciones después de una década como representante del gobierno en la base y diputada al Parlamento Cubano? “Difícil, queda muchísimo por hacer, las inquietudes de los vecinos, los problemas del municipio y la provincia están ahí. Sin embargo, hago un balance de esta década y el desvelo no ha sido en vano; se ha incidido sobre personas, se han encauzado situaciones, hoy existe luz donde hubo sombras. Pero la complacencia no cabe pues los problemas no terminan. “Esto es una labor de sacrificio que precisa honradez, prestigio, sacrificio, dedicación. Son argumentos imprescindibles. De otra forma nada sería cierto”.¿Y el aula, cómo queda en estos menesteres? “Nadie sabe como se extraña. Siempre he estado ligada a alumnos y educadores, ha sido mi vida. Y la familia, ni qué decir; le robas sin querer tiempo a ella para dedicarlo a otros. Son cosas que añoro mas aquí estoy, presta a cuanto se me necesite, en cualquier trinchera.  “Allí escucharé, intentaré convencer, pero seguiré siendo intransigente contra todo lo que vaya en detrimento de las atenciones, servicios y necesidades del pueblo. De allí salí; jamás me he sentido distante y nunca será de otra manera”. script src="http://www.google-analytics.com/urchin.js" type="text/javascript">
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