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Oscar Alfonso Sosa

FIDEL TRAS LOS BANDIDOS DEL ESCAMBRAY

FIDEL TRAS LOS BANDIDOS DEL ESCAMBRAY

''Nosotros no sabiamos que los elementos cuyos intereses habian sido afectados, no se limitarian a la propaganda politica contra las medidas revolucionarias.''  

Fidel

El 13 de agosto de 1959 el Comandante en Jefe Fidel Castro decide sabiamente poner fin en Trinidad a la conjura trujillista. El hecho desarticuló momentáneamente a la organización contrarrevolucionaria La Rosa Blanca y entonces muchos de sus integrantes se refugiaron en las lomas para desde allí seguir asediando a la naciente Revolución.  Comenzaría así el capítulo del bandidismo en Las Villas, suceso que puso a prueba una vez más la inteligencia, sabiduría y las dotes de Fidel como estratega militar y como el líder que siempre ha sido.  

METERLE AL ESCAMBRAY CON TODO

 “Recuerdo bien que desde los primeros momentos Fidel planteó la necesidad de estudiar bien la vida en las lomas, las posibilidades de supervivencia. Me dio la instrucción de entrenar a milicianos, se hizo la escuela con 1 000 campesinos de Camajuaní, Vueltas, Yaguajay, Santa Clara y otros lugares”, recuerda el Comandante Félix Torres.   “Vuela dos veces sobre todo el Escambray, en la primera oportunidad regresó algo contrariado, pues sus acompañantes no le pudieron ofrecer todos los detalles por él solicitados sobre el lomerío  y entonces me preguntó si yo conocía bien el macizo montañoso, le respondí afirmativamente; me orienta dar detalles a Piti Fajardo y recorrí junto a Fidel por aire la zona, me hizo todo tipo de preguntas y siempre obtuvo respuestas. “Me llama aparte y me dice que por la situación política del lugar era recomendable que yo pasara a otro frente. Le manifesté mi disposición para servir donde fuera y por esa actitud y mis conocimientos del sitio decide nombrarme jefe de operaciones y a Piti el máximo responsable de Lucha Contra Bandidos.  Fue entonces cuando me retrató la situación real del Escambray, con las bandas, la ayuda norteamericana y me expresó que al lugar había que meterle con todo; tenía la visión, por eso reiteraba limpiar duro y pronto”.

FIDEL TRAS LOS ALZADOS

Enero 5 de 1961.

Oficina de la Seguridad del Estado en Sancti Spíritus.  La tarde corre tranquilamente.  De pronto un timbrazo en el teléfono; desde Santa Clara indagan por Bernardo Arias y en segundos comparte la noticia: Fidel viene para el Escambray. “Además de Bernardo, Hebert Benítez, Sergio Martínez Peralta y yo fuimos los encargados de esperar al Comandante a la entrada de Pitajones”, recuerda el hoy teniente coronel de la Seguridad del Estado, retirado, Jorge Delgado Martínez. “Llegó bien al atardecer y se hizo campamento en Paso Viejo, pues cerca de allí estaba acantonado con su columna de bandidos Osvaldo Ramírez, nombrado por la CIA  jefe de la contrarrevolución en Cuba, y contra él se preparaba una gran operación que incluía el uso de mortero y bazucas que Fidel trajo.   

Desde su arribo indagaba, preguntaba cada detalle de la situación, precisaba cómo enfrentarla, organizaba estrategias”, apunta. Documentos existentes en el Museo Nacional de Lucha Contra Bandidos radicado en Trinidad guardan  testimonios de los campesinos Fermín Gutiérrez Muñoz, Eduardo Pérez Lara y Félix Pérez Valdés, donde se revela que al amanecer del día 6 Fidel y sus acompañantes se trasladaron hasta frente a una altura conocida también como Paso Viejo y se tiraron varios bazucazos, incluso se afirma que el Jefe disparó tomando como blanco la cima del monte. Hubo al momento intercambios de disparos de fusilería entre los bandidos y los hombres del Ejército Rebelde.   Fidel continuó la marcha hasta San Ambrosio y estuvo allí todo el día y la noche. En los alrededores del lugar, desde el 5 habían tenido lugar enfrentamientos contra Osvaldo Ramírez y su banda que sufrió varias bajas, aunque el cabecilla no pudo ser capturado.

EL MAGISTERIO DE UN JEFE

“Estuve dos veces con Fidel en el Escambray persiguiendo bandidos. Durante la primera, en la zona conocida como La Campana, yo llevaba 17 hombres, lo noto algo molesto y le pregunto: ¿Qué sucede? ‘Nadie ha explorado la zona de operaciones’, responde. Le propuse ir con mi gente y se negó. ‘Están muy cansados’, argumentó, y era verdad, el agotamiento era total, así nos cuidaba”, expone el Comandante Orestes Guerra.  “No se me olvida esa jornada, cómo Fidel invertía valioso tiempo, primero en darnos cada detalle de la situación exacta del bandidismo en la zona y después, regalando consejos, sugerencias, explicando la necesidad de no perder ni un minuto en la lucha contra los alzados y la necesidad de acabar con ellos pronto”, agrega.  Haciendo historia sobre la Lucha Contra Bandidos Gustavo Castellón, conocido como El Caballo de Mayaguara, recuerda la presencia del Comandante en el teatro de operaciones.

“Un día, antes de comenzar las acciones contra los bandidos, Fidel se apareció en La Campana. Se trepó en una pilita de tierra hecha por las bibijaguas y nos habló a todos. Nos dijo que no le podíamos matar ni una vaca, ni un puerquito a ningún campesino, que en el puesto de mando los oficiales tendríamos dinero para darles comida a nuestras tropas. 

A cualquier lugar donde llegáramos había que hablar con el campesino, explicarle que necesitábamos comer y que íbamos a comprarle viandas y algún animal si lo tenía; “había que tratar con respeto  y consideración a las familias campesinas, no se podía maltratar a ningún campesino, había que destruir al enemigo. Y así comenzó la limpia del Escambray”.     script src="http://www.google-analytics.com/urchin.js" type="text/javascript">
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